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¿MÁS PREGUNTAS?

Sabemos que enfrentarse a un proceso de divorcio puede generar muchas dudas e incertidumbres. Por eso, hemos reunido las preguntas más comunes que suelen hacernos nuestros clientes, con respuestas claras y directas para ayudarte a entender mejor tus derechos, los procedimientos legales y las opciones disponibles.

Nuestro objetivo es que te sientas informado y acompañado desde el primer momento. Si no encuentras aquí la respuesta que necesitas, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.

La principal diferencia entre ambos tipos de divorcio radica en el nivel de acuerdo entre los cónyuges respecto a los términos de la separación.


Divorcio de mutuo acuerdo:
Se da cuando ambas partes están de acuerdo en divorciarse y han consensuado aspectos clave como la custodia de los hijos, el uso de la vivienda familiar, la pensión alimenticia, la pensión compensatoria (si corresponde) y la división de bienes. Este tipo de divorcio es más rápido, económico y menos conflictivo. Normalmente, se tramita ante notario o en el juzgado con una sola comparecencia y representación legal compartida si no hay hijos menores.


Divorcio contencioso:
Ocurre cuando no hay acuerdo entre los cónyuges, ya sea sobre el divorcio en sí o sobre las medidas asociadas (custodia, bienes, pensiones, etc.). En este caso, cada parte necesita su propio abogado y procurador. El procedimiento se realiza ante un juez, quien resolverá las disputas mediante sentencia. Es un proceso más largo, costoso y emocionalmente exigente.

El tiempo necesario para resolver un divorcio depende del tipo de proceso y de las circunstancias específicas de cada caso.


Divorcio de mutuo acuerdo:
Este tipo de divorcio es generalmente el más rápido, ya que ambos cónyuges han llegado a un acuerdo sobre las condiciones. Si no hay hijos menores de edad o la situación es sencilla, puede resolverse en un plazo de 1 a 3 meses. El procedimiento se puede realizar mediante una comparecencia ante el juez o notario, lo que acelera considerablemente el tiempo.


Divorcio contencioso:
Un divorcio contencioso puede tardar más tiempo, ya que implica la intervención del juez para resolver las discrepancias. Dependiendo de la carga de trabajo del tribunal y la complejidad del caso, el proceso podría extenderse entre 6 meses y 1 año, o incluso más si existen disputas complicadas o apelaciones.


Es importante tener en cuenta que cada caso es único, y el tiempo puede variar en función de factores como la disponibilidad de los tribunales y la complejidad de los acuerdos a resolver.

Para iniciar un proceso de divorcio, ya sea de mutuo acuerdo o contencioso, es necesario presentar una serie de documentos esenciales. Estos documentos pueden variar ligeramente dependiendo de las circunstancias, pero generalmente incluyen:


  • Documento de identificación: DNI o pasaporte de ambos cónyuges.


  • Certificado de matrimonio: Certificado original de matrimonio, que puede obtenerse en el Registro Civil.


  • Certificado de empadronamiento: Certificado de empadronamiento de ambos cónyuges, para acreditar la residencia. 


  • Acuerdo sobre las medidas (en divorcio de mutuo acuerdo): En un divorcio de mutuo acuerdo, debe presentarse un acuerdo sobre la custodia de los hijos, la pensión alimenticia, el régimen de visitas y la división de bienes. Este acuerdo debe ser firmado por ambos cónyuges.


  • Otros documentos relacionados con bienes y deudas (si aplica): Información sobre propiedades, cuentas bancarias, deudas, etc., si hay bienes comunes que deben ser repartidos.


  • Documentos sobre hijos menores (si aplica): Certificados de nacimiento de los hijos menores de edad, en caso de que existan.


  • Poder notarial (si se actúa mediante un representante): Si alguna de las partes no va a estar presente, se debe aportar un poder notarial para que un abogado o procurador represente a esa persona.


Cada caso es único, por lo que te recomendamos que consultes con un abogado especializado para asegurarte de que tienes todos los documentos necesarios.

Sí, es posible divorciarse aunque tu pareja no esté de acuerdo. Si bien el proceso puede ser más largo y complicado, la ley permite que uno de los cónyuges solicite el divorcio de forma unilateral, incluso si el otro no lo desea.


En estos casos, el divorcio será contencioso y se tramitará a través de los tribunales. El juez será quien decida sobre las medidas relacionadas con la custodia de los hijos, la pensión alimenticia, la liquidación de bienes, entre otros, basándose en el interés superior de los menores y en la legislación vigente.


Es importante tener en cuenta que, si bien uno de los cónyuges puede solicitar el divorcio sin el consentimiento del otro, la falta de acuerdo entre las partes puede generar un proceso más largo, costoso y conflictivo. En estos casos, contar con un buen abogado que te asesore y te represente es fundamental para garantizar que se protejan tus derechos.

La custodia de los hijos es uno de los aspectos más sensibles y, a menudo, conflictivos en un proceso de divorcio. En España, la ley establece que las decisiones sobre la custodia deben tomarse en función del interés superior del menor.

Existen diferentes tipos de custodia:


Custodia compartida:
Es la opción preferida por los tribunales, siempre que ambas partes estén de acuerdo o que se considere que es lo mejor para los hijos. En este caso, los padres comparten la responsabilidad de la crianza y el cuidado de los hijos, y ambos tienen derecho a tomar decisiones importantes sobre su educación, salud y bienestar. La custodia compartida busca que los niños mantengan una relación cercana con ambos padres.


Custodia exclusiva:
En casos donde no se pueda acordar la custodia compartida, el juez puede otorgar la custodia a uno de los padres, mientras que el otro mantiene el derecho de visitas y contacto con los hijos. El progenitor que no tenga la custodia suele tener derecho a pasar tiempo con los hijos, aunque este régimen puede variar dependiendo de las circunstancias.


Régimen de visitas y comunicación:
En situaciones de custodia exclusiva, el juez establece un régimen de visitas y comunicación para el progenitor que no tiene la custodia, asegurando que pueda seguir involucrado en la vida de los hijos.


El juez siempre intentará asegurar que la custodia y el régimen de visitas favorezcan el bienestar físico, emocional y psicológico de los menores. Factores como la edad de los hijos, el entorno familiar y las condiciones de vida de los padres son esenciales para tomar esta decisión.